Cómo encontrar balance emocional: Terapias Cognitivo-Conductuales y Técnicas Humanísticas

Aprende cómo encontrar balance emocional, cómo reconocer y gestionar tus emociones, comprender tu propósito y construir resiliencia con terapias cognitivo-conductuales y técnicas humanísticas.

SALUD MENTAL Y PSICOLOGÍA

Sebastián Abarzúa

11/25/20244 min read

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¿Alguna vez te has sentido abrumado por tus emociones? Las emociones no son simplemente "buenas" o "malas"; son mensajeras que nos brindan pistas sobre lo que necesitamos y deseamos. Sin embargo, muchas veces tratamos de controlarlas o reprimirlas, perdiendo de vista su verdadero propósito.

Aquí es donde las terapias cognitivo-conductuales (TCC) y las técnicas humanísticas juegan un papel esencial. Mientras que las TCC se centran en identificar patrones de pensamiento que influyen en nuestras emociones y comportamientos, las técnicas humanísticas promueven la aceptación incondicional de nuestra experiencia emocional. Combinando ambos enfoques, podemos lograr un balance emocional saludable, aprendiendo a comprender y procesar nuestras emociones para vivir con mayor autenticidad y resiliencia.

Comprender y aceptar nuestras emociones

Las emociones son como una brújula interna que nos guía hacia nuestras necesidades, deseos y límites. Por ejemplo, el enojo puede indicar que nuestros límites han sido cruzados, mientras que la tristeza puede señalarnos la necesidad de cuidar nuestra vulnerabilidad. En lugar de reprimir estas emociones, debemos aprender a escucharlas.

Las TCC nos enseñan a identificar pensamientos automáticos que pueden intensificar nuestras emociones. Por ejemplo, si un proyecto no sale como esperabas, podrías pensar: "Soy un fracaso". Este pensamiento no solo te genera tristeza, sino también culpa y desmotivación. A través de la reestructuración cognitiva, las TCC te ayudan a desafiar estas creencias y reemplazarlas por pensamientos más realistas y constructivos, como: "Este proyecto fue un desafío, pero puedo aprender de mis errores".

Por otro lado, las técnicas humanísticas, como la terapia centrada en la persona, se enfocan en aceptar las emociones sin juzgarlas. Este enfoque te invita a explorar tus sentimientos en un espacio seguro, reconociendo que todas las emociones tienen valor y son parte de la experiencia humana.

Herramientas para el autoconocimiento y el balance emocional

  1. Meditación y mindfulness
    El mindfulness es una práctica que nos invita a estar presentes y observar nuestras emociones sin reaccionar automáticamente. Dedica unos minutos cada día para sentarte en silencio, respirar profundamente y notar cómo te sientes. Esta práctica reduce la reactividad emocional y te ayuda a tomar decisiones más conscientes.

  2. Diario emocional
    Llevar un diario puede ser una herramienta poderosa para procesar tus emociones. Anota qué sientes, qué lo provocó y cómo reaccionaste. Con el tiempo, podrás identificar patrones y trabajar en estrategias para gestionarlos de manera más efectiva.

  3. Prácticas de autoafirmación
    Hablarte a ti mismo con amabilidad es clave para balancear tus emociones. En lugar de juzgarte por sentirte ansioso o triste, intenta decirte: "Está bien sentir esto; es parte de mi proceso".

  4. Ejercicio de aceptación interna
    Cada vez que experimentes una emoción intensa, detente y pregúntate: "¿Qué me está intentando comunicar esta emoción?" Por ejemplo, el miedo puede estar señalando una amenaza real o percibida, mientras que la alegría puede estar indicándote que algo es importante para ti.

La comunicación interna y externa: del caos al balance

Uno de los mayores desafíos cuando se trata de nuestras emociones es aprender a expresarlas de manera saludable. Este proceso comienza internamente. Antes de comunicar tus emociones a alguien más, reflexiona sobre ellas y trabaja en aceptarlas.

Una vez que logres esa aceptación interna, será más fácil comunicarte con los demás de manera clara y asertiva. Por ejemplo, en lugar de gritar o culpar a alguien por algo que te hizo sentir mal, podrías decir: "Cuando ocurrió esto, me sentí herido porque valoro mucho nuestra relación".

Este enfoque no solo mejora la relación contigo mismo, sino que también fomenta la armonía en tus interacciones con los demás.

Consejos prácticos para la resiliencia emocional

  1. Reestructura tus pensamientos: La forma en que interpretas una situación puede influir en cómo te sientes. Desafía pensamientos negativos y busca perspectivas más equilibradas.

  2. Abraza la imperfección: Las emociones difíciles no significan que estás "fallando". Al contrario, son oportunidades para aprender y crecer.

  3. Busca apoyo cuando lo necesites: Si sientes que tus emociones te desbordan, no dudes en buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede guiarte en este proceso.

  4. Dedica tiempo al autocuidado: Actividades como leer, practicar deporte o simplemente disfrutar de un momento de calma pueden ayudarte a recargar energías y mantener el balance emocional.

Conclusión

Las emociones son una parte esencial de nuestra experiencia humana. A través de enfoques como las terapias cognitivo-conductuales y las técnicas humanísticas, podemos aprender a aceptarlas, comprenderlas y transformarlas en herramientas para el crecimiento personal.

El camino hacia el balance emocional no es lineal, pero cada paso que das hacia una mayor conexión contigo mismo vale la pena. Reflexiona sobre cómo gestionas tus emociones y considera implementar alguna de las estrategias aquí presentadas.

Recuerda: el primer paso hacia una vida emocionalmente equilibrada comienza contigo.

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